viernes, 22 de enero de 2010

El cuento de un astronauta mexicano

Aqui està el cuento completo que mi primo Gustavo me mandò por mail.



O de cómo los políticos venden como un éxito lo que en realidad es un símbolo de su fracaso

SABINO BASTIDAS COLINAS 01/12/2009

Cuentan que en el año 2000, cuando el actual alcalde de Los Ángeles, Antonio Villarraigosa era un político en ascenso y Presidente de la Asamblea de California, fue invitado a cenar a casa del empresario mexicano Carlos Slim, se le pidió, como mexicano-estadounidense, que explicara en pocas palabras, la diferencia que había entre México y Estados Unidos.

Esto fue lo que contestó Villarraigosa: "Mire usted, es muy simple, si mi familia se hubiera quedado a vivir en México, el día de hoy yo estaría sirviendo esta cena."

Quizá hubiera sido el caso del astronauta José Hernández Moreno, quien nació el 7 de agosto de 1962 en French Camp, California. Es estadounidense. Sus padres originarios de un ranchito llamado Ticuitaco, cerca de La Piedad, Michoacán, México, migraron a Estados Unidos, como ilegales, para emplearse en la recolección del tomate y el pepino.

El propio José Hernández trabajaba todos los veranos en el campo, recuerda cuando un día estaba limpiando con azadón una fila de remolacha y escuchó en un radio que Franklin Chang Díaz había sido seleccionado como astronauta, la noticia lo motivó y ese día dijo: "Yo quiero viajar al espacio." José Hernández lo logró.

Estudió ingeniería, alcanzó el grado de doctor, ingresó a la NASA, se preparó y por fin el 29 de agosto de 2009 despegó como parte de la tripulación del transbordador espacial Discovery, en una misión enla Estación Espacial Internacional.

Pero…, ¿qué hubiera hecho José Hernández si su familia se hubiera quedado en México? Es claro que no habría alcanzado su sueño de volar al espacio. Los futuros posibles de José Hernández  están en la estadística de tantos mexicanos pobres, campesinos, de Michoacán y de otros estados del país, que no tienen opciones y su futuro es muy limitado.

Difícilmente hubiera pasado de la primaria. Estadísticamente hubiera abandonado la secundaria y por supuesto su educación hubiera sido de muy mala calidad.

Quizá se hubiera quedado a sembrar su tierra, lo que le hubiera garantizado un futuro de miseria, con ingresos inferiores a los dos dólares al día.

Quizás hubiera emigrado a la ciudad,
con la secundaria inconclusa, si es que conseguía trabajo, sería jardinero, mesero, obrero en una maquiladora, trabajador de la construcción o conductor de microbús.

Pero la familia de José Hernández no se quedó, emigró como tantas otras y le dio a su hijo la posibilidad de alcanzar un futuro totalmente distinto. El contraste de ingresos y de oportunidades entre México y Estados Unidos es tan grande, que por eso México sigue y seguirá siendo por muchos años un país expulsor. Un país del que se han ido ya millones de personas.

Para darnos una idea, hoy radican en USA cerca de 12 millones de personas nacidas en México, el 10% de la población total de México.

Es aquí donde aparece la incongruencia que enoja, que debe enojar, cuando el gobierno y los políticos mexicanos tratan de convertir a la historia de José Hernández en un cuento de orgullo nacional, donde aparece el cuento del astronauta mexicano y nos inventan la historia de superación personal de un mexicano, como si fuera de verdad un logro nacional.

En cuanto apareció en el radar la historia del astronauta José Hernández, de inmediato se activaron todas las maquinarias de la propaganda y el marketing gubernamentales, en el Congreso de la Unión y del Ejecutivo Federal se movilizaron las agendas y los medios para de capitalizar al máximo al supuesto astronauta mexicano.  El objetivo: convertirlo en orgullo nacional, pues ante la falta de triunfos reales, cualquier gol de la selección, medalla, ó premio de literatura es bueno para levantar el ánimo y la moral nacional caídas en un país en crisis, complicado y muy emproblemado.

Calderón, personalmente paseó a José Hernández por el país, lo convirtió en súper estrella, hubo entrevistas en los medios, visita al Congreso, homenajes, políticos que querían retratarse con él, regalos, las llaves de la ciudad, plaza con su nombre y sobre todo…. discursos, muchos discursos. Discursos que hablaban una y otra vez del orgullo nacional, de la superación personal y de la capacidad de los mexicanos.

Pero la realidad es otra, aunque nos duela, José Hernández no es un orgullo nacional. Su historia de éxito no es nuestra historia de éxito y menos una historia de la que pueda sentirse orgulloso nuestro gobierno o nuestra clase política. El  es estadounidenses y tiene raíces mexicanas, tiene acceso a la nacionalidad mexicana, por derecho de sangre, y él mismo se identifica mucho con nuestra cultura. Pero ese no es el debate, pues la historia del astronauta José Hernández es totalmente estadounidense. El mérito es de otro sistema. José Hernández se hizo en otro país, con otras políticas públicas, con otro gobierno y con otras leyes. En todas las imágenes vimos a un miembro de la fuerza aérea estadounidense, enfundado en su uniforme azul, portando con orgullo la bandera del país que le dio la oportunidad de tener la educación de calidad, la salud, las condiciones y el ambiente de libertad necesarios, para alcanzar sus metas.

Inventar el cuento del astronauta mexicano por parte del gobierno, es como robar un pedacito de gloria.

Mendigar triunfos ajenos. Usurpar éxitos imposibles, en un país que no atina el rumbo para convertirse en serio en un México ganador.

El Presidente de México Felipe Calderón dijo en uno de los homenajes: "la brillante historia de vida de José Hernández es y debe ser un ejemplo para los mexicanos." ¿Lo dice en serio? ¿Cuál es el ejemplo Señor Presidente? ¿Irse? ¿Nacer en Estados Unidos? ¿Migrar? ¿Qué las familias mexicanas migren a tiempo? ¿Hacerse norteamericano? ¿Buscar allá las oportunidades que no se tienen aquí?

La historia de éxito de personal de José Hernández, es al mismo tiempo la historia del fracaso de la política económica, de la política social y de la política exterior del gobierno mexicano. Es la historia del fracaso de éste y de varios gobiernos mexicanos.

Su historia debería darle vergüenza a una clase política incapaz de ponerse de acuerdo y de generar un proyecto de nación para los millones de José Hernández que están repartidos por todo el país, y que no quieren ser astronautas, millones de mexicanos a quienes sólo les bastaría con poder comer, con tener un mínimo de salud, un piso que no sea de tierra o saber leer y escribir.

José Hernández dijo en una entrevista: "Lo que me sorprendió mucho es cuando vi al mundo como uno: no había fronteras, no se podía distinguir entre Estados Unidos y México", pero lo cierto es que sí existen las fronteras. Su familia cruzó una de ellas de manera ilegal. Lo cierto es que sí existen las banderas y las diferencias. Sí existe una frontera que hace a dos países muy distintos.


La lección es muy clara: si José Hernández se hubiera quedado en México, quizá hoy estaría sirviendo la cena.

viernes, 8 de enero de 2010

Reyes Magoooos

Ayer estaba platicando con Jimena de Santa Claus y Los Reyes Magos jajaja.. si, de cuando èramos niñas dulces e inocentes y còmo fuè que descubrimos q ellos eran nuestros papàaseseees!...

Me acuerdo que tenìa 4 años cuando, como a todos los niños, mis papàs me dijeron que me fuera a dormir temprano para que Santa o Los Reyes, segùn el caso, me trajeran mis juguetes (nunca me trajeron mi casa de Barbie, por cierto!!!) pues ahì voy yo a- la -camita- a-la-camita... de pronto, por ahì de las 5 am, me despertè y me diò sed, asì que bajè a la cocina por un vasito de agua y... sòpatelaaas! vì a mi papà que le ponìa dinero a mi botita de navidaaaad!!! o no! subì con toooda cuidado y lo mas silenciosa que pude las escaleras, me quedè en shock como 10 segundos y me dormì jojojo, nada mas importante que mi sueño jajaja...
Al otro dia le dije muy seriamente a mi papà "tengo que hablar contigo de algo muy importante" y pues ya le echè tooodo el rollo y le pedì que me dijera la verdad.

Mi papà que siempre fue un hombre sumamente amoroso y muy inteligente, me dijo la verdad, y me dijo que, aunque ya supiera quienes eran en realidad, yo podia decidir seguir creyendo o no, de todas maneras, cada año me iban a seguir trayendo regalos, de mensa decia que ya no queria regalos no? . El caso esque me siguen trayendo regalos! jaja el ùltimo estuvo buenisimo!, ademas tengo que dejar zapatito en el arbol y toda la cosa y buscar el regalo al otro dia! èste año los reyes me trajeron un gato maullador de peluche! jejeje

miércoles, 6 de enero de 2010

28 de Abril

28 de abril y los nervios de punta miedo de saltar por la ventana oscuridad en la calle alumbrada por un par de faroles amarillos. Tuve miedo de saltar por la ventana y el cigarro que antes me anclaba hacia abajo me tiraba. Serà que me falta ese angel que en mièrcoles de ceniza regala besos?

Ya me astìa la soledad de este mundo y no queda huracàn en el porvenir...ahora vive mas al norte de la ciudad. Tengo nervios, miedo y desesperaciòn y aunque no hay catedrales todo aqui son ruinas del fracaso del señor.
Tal vez si volvieran algunos de ellos o si encontrara a ese... que sabe servir el amor. Tiemblo y no es por el frìo de la noche... es del miedo y los nervios de vivir. No sè que pensar ni què escribo sè que son delirios del conjuro de brujas, sè que son estados alterados de la conciencia, de la mùsica, el humo y de no tener a nadie. Busco unos labios que quemen un poco las cuerdas de la ansiedad y me liberen del titiritero, del teatro que es vivir como vivo.... viendo pasar minutos tras segundos dicièndole a Satàn que me deje en paz que si quiere mi alma que se la lleve pero que salga, que necesito mis ojos.

Delirio no allà en Tremens, sino acà donde no hay sirenas "salvese quien pueda", yo no me puedo salvar, serà que alguien me puede ayudar? Primavera en abril, pero no en Madrid aunque vale porque no soy española ja . 28 de abril y delira mi mente en palabras sin sentido en papel oscurecido.

!Abranse los cielos y llueva de lo alto gotas que mojen los charcos!...alguien que me quiera ayudarà!. Delirio de noche y càrcel en el dia... Entschuldigung, aber ich bin kein...
kein Caìn, kein caido, sòlo soy una pobre cobarde que delira porque no fue capaz de saltar por la ventana y ver si puede volar.

Abismos

Abriste abismos en la distancia, extendiste al ocèano sobre las aguas y mandaste en un cuervo tu mensaje. Aquì sòlo quedan reflejos en la ventana y atras un cielo de alba temprana con tardìos anocheceres y noches de nada. Yo escribì que nada es para siempre, pero pensè que tù eras esa nada y hoy veo que no eres nada, que eres malo.

O tal vez bueno? tal vez tienes alma y al pasar de pronto por la madrugada la luz quiere perderse en el amanecer de mañana. Ahora sòlo queda el amor ya sin ti, ya sin cuerpo, ya sin piel y besos ahogados en mi mar rojo y caricias extraviadas en tu cuerpo y abrazos que abrazan al recuerdo y tardes en que èramos nada y èramos eternos en nuestro amor, porque eterna sòlo es la nada.

Cadaver

Había amado tanto,  que después de amar a una ella,  amó a todas las mujeres hasta llegar a amar el amor. Los nombres propios habían desaparecido de su camino, ya no buscaba el abrazo o el beso de una amada, lo único que quería era sentir el amor y hundirse en él. ¿Pero cómo iba a poder encontrar el amor si lo buscaba siempre en planos trascendentales y no en terrenos momentáneos?
Amar se había convertido para él en un proceso tan racional, que resplandecía en destellos de misticismo. Había matado a Eros pero una vez muerto el dios del amor, en vez de disecar el cadáver para tener siempre presente su asesinato, lo había diseccionado hasta confundirlo y así (sin cuerpo no hay delito), el dios simplemente se había convertido doblemente en dios.

Buscaba un abstracto, buscaba al amor en la nada. Buscaba la posibilidad de ser del amor en la nada, su decantación más pura, las condiciones de posibilidad de la esencia del amor; por eso no podía detenerse a reconocer, en unos ojos bellos, a una mujer en particular. Cada rasgo, cada elemento bello que pudiera encontrar en una mujer era un acercamiento más a la quintaesencia de la gran idea de lo hermoso. Caminaba con los ojos puestos en el mundo buscando todas las piezas que proyectaba su amor abstracto, tratando de recogerlas una a una y así poder recrearlo.

Aunque esa había sido su búsqueda desde siempre, al principio creía que lo abstracto sólo se encontraba en lo concreto, que no habían más mundos y mucho menos que pudiera existir algo como una nada protoeidética. Pero al fallar su búsqueda, esas explosiones causadas por sus decepciones fueron separando la unidad, lo concreto y lo abstracto se separaron y la nada, por su peso, se fue al fondo.

Sin embargo sigue habiendo una mujer ante cuya presencia el todo vuelve a existir y Eros resucita en cuerpo y alma. Unos ojos y un cabello que le atrapan y le muestran que las gotas más puras de amor los forman pero, que sin sus formas esas gotas sólo serían líquido nauseabundo, líquido caótico. Una mujer que guarda en sí misma la unión. Una mujer que le hace ver el mundo en su totalidad; sólo que esa mujer desconoce el efecto que tiene sobre él y él es incapaz de hacérselo saber porque ella es el único refugio que tiene para no caer en el caldo protoeidético de la nada. Porque si bien, una palabra salida de esos bellos labios es capaz de reconstruir un mundo dividido, también una palabra sería capaz de separar sus partes irreconciliablemente; además, sin importar qué llegara a pasar se encontraría él con el fin de su búsqueda, con el fin de su destino. Por eso, prefiere saber que el amor buscado está ahí, pero no encontrarlo.